Hannibal Laguna no necesita estampados y es que para sus diseños opta por una paleta cromática de lo más variada: desde amarillos a rojos pasando por morados y mis dos colores favoritos de su desfile y que no suelen ser muy explotados; el melocotón y manzana.
Me encanta la contraposición de los vestidos fluidos y vaporosos frente a otros más rígidos y arquitectónicos y esa capacidad que tiene para dotar a la mujer de una delicadeza, feminidad y sensualidad infinita.
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