¡Nuevo restaurante italiano en Madrid! Hace unos meses estuvimos comiendo en Fellina (ver aquí) y me encantó todo lo que probamos, cuando nos enteramos de que el mismo dueño había abierto en Canillas el hermano pequeño de Fellina, Giulietta, rápidamente organizamos una cena porque la comida italiana es sin duda alguna mi favorita.
Está super cerca del Palacio de Hielo en una zona residencial muy tranquila ¿qué mejor plan que ir al cine o a patinar sobre hielo y cerrar el finde con una cena en uno de los italianos más buenos de Madrid?
Nosotros fuimos un domingo a cenar y el local es súper acogedor, la decoración es ideal y te hace sentir como en casa. Empezamos con unas copas de rosado y mientras decidíamos que pedíamos nos trajeron un plato con grana padano y mortadela trufada ¡me encanta!
Nos costó bastante decidirnos porque la carta es como la de Fellina, entonces esta vez queríamos probar algo que no hubiéramos comido en Fellina ¡todo tenía tan buena pinta! Al final nos decantamos por compartir la pizza con bresaola (carne de ternera laminada cruda), láminas de parmesano y rúcula con un toque cítrico de limón que le daba un toque súper fresco a la pizza y lluego una pasta cada uno; para mí unos spaghetti con parmesano y pimienta y Pablo unos tortelloni rellenos de burrata, trufa y speck.
De postre repetimos la elección de Fellina: tiramisú y el saquito relleno de Nutella ¡¡si sois amantes del chocolate os va a volver locos!!
Está super cerca del Palacio de Hielo en una zona residencial muy tranquila ¿qué mejor plan que ir al cine o a patinar sobre hielo y cerrar el finde con una cena en uno de los italianos más buenos de Madrid?
Nosotros fuimos un domingo a cenar y el local es súper acogedor, la decoración es ideal y te hace sentir como en casa. Empezamos con unas copas de rosado y mientras decidíamos que pedíamos nos trajeron un plato con grana padano y mortadela trufada ¡me encanta!
Nos costó bastante decidirnos porque la carta es como la de Fellina, entonces esta vez queríamos probar algo que no hubiéramos comido en Fellina ¡todo tenía tan buena pinta! Al final nos decantamos por compartir la pizza con bresaola (carne de ternera laminada cruda), láminas de parmesano y rúcula con un toque cítrico de limón que le daba un toque súper fresco a la pizza y lluego una pasta cada uno; para mí unos spaghetti con parmesano y pimienta y Pablo unos tortelloni rellenos de burrata, trufa y speck.
De postre repetimos la elección de Fellina: tiramisú y el saquito relleno de Nutella ¡¡si sois amantes del chocolate os va a volver locos!!
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