Josep Font
ha sido el encargado de dar vida a un mundo de muñecas de porcelana enmarcada
en un cuadro romántico.
Prendas
llenas de delicadeza; pliegues arquitectónicos, que estructuran el cuerpo de la
mujer; y sedas, que recuerdan al papel pinocho, tan frágil como llamativo,
jugando con el volumen de las faldas.
Un juego de
colores continuos cuya base son los colores pastel, salmón, rosa, rojo, verde y
el binomio de la temporada…
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